1. Defina la potencia de iluminación deseada
En una habitación, el lámpara Lo que elegimos primero es siempre la lámpara de techo. Ilumina el lugar en su totalidad: por eso es importante definir claramente su poder. La lámpara de techo debe proporcionar suficiente luz para ver con claridad, pero no deslumbrar. La elección de las bombillas también influye. Para una lámpara de techo recomendamos bombillas halógenas económicas o bombillas fluorescentes compactas de color blanco cálido.
En una habitación pueden sumar varias luces de techo. En una cocina, por ejemplo, luces colgantes encima de una encimera no sólo tienen una función decorativa, sino también práctica. Su iluminación puede entonces intensificarse y volverse más direccional en función de la altura a la que se fijen.
En un dormitorio, para crear un ambiente más propicio para el descanso, elegiremos una iluminación de menor intensidad, tanto en el techo como en las mesillas de noche. Para suavizar el ambiente, lo ideal son los sombreros de colores oscuros o los campanarios de cristal ahumado. Lo mismo ocurre con el salón, donde puedes decorar el espacio con una lámpara de pie con un brillo más suave.
2. Elige una lámpara de techo proporcional a tu habitación
A la hora de elegir una lámpara de techo hay que tener en cuenta las dimensiones de la habitación, de lo contrario la iluminación puede no ser óptima. De hecho, la superficie de la habitación determina el diámetro de la lámpara de techo. Como regla general, recomendamos:
• para menos de 10 m², un diámetro entre 30 y 40 cm;
• entre 10 y 15 m², un diámetro de 40 a 45 cm;
• entre 15 y 20 m², un diámetro de 45 a 50 cm;
• más allá de 20 m², un diámetro de al menos 60 cm.
Sin embargo, estos son valores medios. Dependiendo del estilo que quieras darle a tu habitación, nada te impide elegir un plafón de gran tamaño, encima de una mesa de comedor de diseño, por ejemplo.
Además, la forma del lugar también determina la elección de la lámpara de techo. En una habitación rectangular grande y bastante alargada, dos plafones de tamaño mediano iluminarán mucho mejor el espacio. Por el contrario, en una habitación pequeña y redonda, bastará con una única lámpara imponente en el techo.
3. La lámpara adecuada en el lugar adecuado
Dependiendo de la función que se le dé a la estancia, su iluminación puede variar. En un baño o en una cocina, sin duda debe tener una función decorativa, pero sobre todo debe ser funcional. Se trata de colocar luces en lugares clave, cerca del espejo encima del lavabo o en el escritorio donde teletrabajas, por ejemplo.
Además, otros elementos de iluminación pueden complementar la iluminación principal. A lámpara de pie cerca de un sillón servirá para crear un ambiente suave para leer o descansar. Del mismo modo, una iluminación más discreta, como las lámparas de mesa o de mesa, tienen un aspecto visual relajante y acogedor, ideal en un dormitorio o salón.